Los ochenta ya pasaron,
Pero esto no queda aquí,
Ahora son ochenta y uno
Los que debo de asumir.
Nada de contemplaciones,
Que cumplan con su misión,
Viajan en tren de la vida,
De estación en estación.
Porque que los quiera o no,
Me siguen acompañando,
Aunque nunca he de saber,
De qué forma y hasta cuando.
Como hay que seguir así,
No miremos hacia atrás,
El horizonte es muy amplio,
Todo es cuestión de acertar.
Y es que nuestro pensamiento,
Siempre suele ser el mismo,
Porque aun somos conscientes
De afrontar el destino.
Yo voy pasando así el tiempo,
Con mi vivir cotidiano,
Y si en familia falta algo,
Todos me echan una mano,
¿Cómo no he de estar contenta
con el trato que recibo?
Y es que saben comprender,
Que por ellos mes desvivo.
Estas son nuestras maneras,
De ir trampeando el tiempo,
Siempre con buenos deseos,
Nada de historias ni cuentos.
Pues ya que este caminar
Lo hacemos pasito a paso,
Si viene algún contratiempo
Lo mejor es no hacerle caso.
A veces se da importancia,
A lo que muy poca tiene,
Y es mejor pensarlo bien
Que todo solución tiene.
No quiero casaros más,
Intento no ser pesado,
El destino ha de llevarnos,
Por su sendero marcado.
Con sus ochenta y un años,
Esta Carmen no se olvida,
Que con quien de ella se acuerda,
Siempre es muy agradecida.
Pequeña dedicatoria,
Para tan grande misión,
Pero hay pequeñas cosas,
De grande repercusión.
Manuel Tomeo Lerín
El Sebastián
11/1/17
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