25.7.10

RECUERDOS (5)

COMO SE HACÍA EL PAN EN NUESTRO PUEBLO


Fotografía M.A.Gil

Una dura faena que siempre la realizaban las mujeres.


Lo primero que se hacía era ir a pedirle la levadura a cualquier vecina, que hubiera masado recientemente. Al masar, siempre se guardaba un poco de levadura. Después mandaban algún pequeño de la familia a buscar la “chapa.” Este requisito era indispensable.”La chapa” era un cartón redondo de unos cinco cm. de diámetro, con un agujero en la parte superior y una cuerda para colgarla y en el centro, unos números ,marcando un horario que podía ser: las (8) las (8`30) las (9) las (9`30) y así hasta las (12). Estas “chapas”, las tenían los horneros u horneras. La madre te decía: anda hijo mío, ve a casa del tío tal y que te de “chapa” para las 9 y si no la tenía te la daba para la hora mas próxima. La “chapa” era el justificante para poder desarrollar la faena en el horno.


Yo de horneros en activo conocí: “el tio” Adán, “la tía” Teresa “la hornera” o del tío Trubio, “la tía” Teresa “la cuadrada” y “la tía” Manolica “la caretas”.


Y ahora volvamos al principio. En casi todas las casas había un departamento que se le decía la “masadería”, en el cual estaba la “artesa” para masar. La artesa era un recipiente de madera, bastante mas largo de un metro, ancho unos 70 cm. y de altura unos 40 cm., mas ancha de arriba que de abajo y con una buena tapadera.
En la “masadería” también se guardaba alguna talega de harina y en la artesa un “ciazo” (cedazo o tamiz) que se empleaba para cernir o tamizar la harina para que quedara limpia de toda impureza, con el fin de hacer un buen pan.


Pues con todo preparado en la artesa, levadura, agua y harina, la levadura se disolvía en agua y con aquella agua y harina, se iba mezclando hasta hacer una pasta espesa, la cantidad que podían voltear con un brazo y hacían tres o cuatro fardos. Cada fardo de masa que hacían lo depositaban en una canasta de mimbre que tenían al lado y preparada con un “masero” (mantita de lana fina) y cuando estaba llena la canasta, la tapaban con el masero, hundiendo el puño en lo alto; cuando aquel hoyo desaparecía por efecto de la fermentación ya estaba la masa a punto para llevarla al horno.


Los preparativos se hacían al anochecer, pero el amasar se empezaba a las tres o las cuatro de la madrugada. De la masa antes de fermentar, sacaban un puñado, para hacer luego unas torticas a la sartén, que friticas y con un poco de azúcar por encima nos parecía un manjar. De la masa fermentada también se guardaba una pequeña cantidad para “levadura”.


Alrededor de la hora señalada en la “chapa” ya se tenían preparadas unas "andas" que se les decía (los palos de llevar la canasta) y llamando a cualquier vecina le decías: ¿quieres ayudarme a llevar la canasta? Y te respondían que sí, sin ningún reparo. En este viaje también se llevaba la “caja de ir al horno” (un cajoncito de unos 40 cm. de largo, un palmo de ancho y separado en 2 partes por una tabla de madera que sobresalía por arriba formando un asa decorada para cogerlo). Un departamento iba lleno de harina y la “rasera” (instrumento para cortar la masa allá en el horno) y en el otro, la aceitera, azúcar ,o cualquier otro ingrediente, por si se hacia algo extraordinario.



Al llegar al horno, el hornero u hornera te asignaba el sitio que te correspondía. El horno, un gran departamento con su puerta y su ventana, tenía en tres de sus paredes dos ringleras de anchos tableros o aparadores, donde se colocaban las masadas y sus derivados encima de un “mandil” que era como una fina manta de lana para proteger la masa, y en la otra pared, estaba el verdadero “horno de pan cocer” con su bocana para entrar y sacar el pan y por el otro lado otra abertura por donde se controlaba el fuego, la alimentación del mismo, la temperatura y retirar las cenizas. En la parte que te tocaba de esos tableros ponías tu masada, hasta que comprendías que estaba a punto de preparar los panes, que a esto se le llamaba adelgazar. Esta faena se hacia en un gran tablero que había en medio del salón. Allí colocabas tu “masero”, tu “caja de ir al horno” con su harina ,rasera, aceitera y demás ingredientes, acercabas la masa en partes y empezabas a modelar los panes que además para distinguir uno de otros a cada uno se le ponía su señal.


Había estas señales:


- el “moño” que era como un cordón grueso como el dedo y se colocaba encima del pan de lado a lado.
- el “pizco (o pellizco) cerrado” que se hacía apretando un pellizquito en la parte alta del pan y quedaba como una pequeña púa de guitarra.
- el “ pizco abierto” que era como el anterior pero partido.
- el de “ cortada” que le hacían al pan un corte en la parte baja.
- el de “ señalador” que era un aparato de hierro con cinco redondeles que en el del centro salía un mango y con este aparato se marcaban los redondeles encima, dejando bien visible la señal.


Estos panes crudos,tapados con el “mandil” los guardabas en el tablero que el hornero te había asignado, hasta que éste te decía “ya te toca a tú”(o sea ,ya es tu turno). El horno disponía de unas ”palillas” (tablas delgadas, de unos 80 cm. de largo, mas unas manillas para cogerlas, y unos 25 cm. de anchas) adecuadas para transportar el pan, tanto crudo como cocido. En ellas se ponían los panes crudos y se los acercaban al hornero; este los ponía en el palón o pala grande de mango muy largo. El hornero se encargaba de poner los panes crudos en el palón, abrir la bocana del horno y colocar los panes crudos en el sitio mas adecuado del horno, para que se fueran cociendo bajo su atenta vigilancia.

Cuando comprendía que estaban cocidos, avisaba a la dueña, que acudía con su palilla a recoger los que le iba entregando el hornero y los llevaba al tablero para que se enfriaran y contar las piezas que tenía. Este recuento venia a verificarlo una persona socia del horno (el horno era de una S.A.) a la cual se le decía “poyera” y se encargaba de cobrar la “poya”,que era el impuesto relacionado con la cantidad de panes que tenía. Te lo cobraban en especie, creo que era de cada treintena, un pan; de 15 medio, o algo por el estilo. Si había algo extraordinario se llegaba a un acuerdo con la “poyera”. Yo creo haber conocido ”Poyeras” a ”Las Pajaritas”, “Las Mateas”, “Las Zurdas”, “Las Donatas”, “La tía Florencia del Carela”, “El tío Martín del Seco” y quizá me olvide de otros.


El día de masar, aparte del pan normal, se hacían un par de “raspados” que eran del mismo material que el pan, pero planos y alargados de tres dedos de grosor, tostaditos por encima y muy apropiados para mojar en los huevos fritos. También se hacían “sequillos” que era una torta muy delgadita y marcada a cuadritos, que al estar crujiente y con un poco de azúcar por encima, sabia a gloria. Se hacia otra torta de “masadura” aquella se masaba y remasaba con aceite, dejándola un par de dedos de gruesa y también resultaba muy buena. En verano se hacían tortas de manzana y de nueces, y otras veces te decía la madre:”anda hijo mío… coge un huevo del cesto y ve a casa de la “tía” Manolica “la Parda”;que te dé 2 sardinas de cubo" y con ellas, se hacían 2 bollos con sardina, cosa exquisita.


Una vez habías pagado la “poya”, ya podías recoger tus panes, tu “masero”, tu “mandil” plegado y la “caja de ir al horno”. Los panes a la canasta, que con los demás utensilios, lo ponías todo en los “palos de ir al horno” y cualquiera te ayudaba a llevar la mercancía a casa. Puestos los panes en un cañizo en la “masadería” ya estaban a punto para ir a coger el pan nuestro de cada día.


El hornero u hornera de turno, tenían la misión de mantener el horno en las mejores condiciones, tanto mientras desarrollaban el trabajo, como después de haber hecho la faena. Pasaban de tanto en tanto a vigilarlo y si hacia falta, echaban una “calda” (porción de combustible), unos tormos o terrones de carbón para ir manteniendo vivo el horno. La última ”calda” solían echarla allá por la media noche.

Manuel Tomeo

El Sebastián

11.7.10

RECUERDOS (4)

ENTRETENIMIENTOS QUE SECELEBRABAN EN ALCAINE PARA LA FESTIVIDAD DE SAN AGUSTIN PATRONO DEL PUEBLO

La "corrida" ( la carrera pedestre).

El día de San Agustín (28 de Agosto) el Sr. Alcalde, los concejales, el Alguacil, y algunas personalidades mas del pueblo, celebraban una comida patronal en el Ayuntamiento. Y después de comer, se preparaban todo lo que era necesario para ir a celebrar la "corrida". El Sr. Alcalde, ordenaba al alguacil echar un bando, que dando la vuelta al pueblo, haciendo 7 u 8 paradas y en cada una de ellas, después de un toque de corneta, decía lo siguiente: "De orden del Sr. Alcalde se hace saber: Que esta tarde a las cuatro y media, se celebrara la “corrida pedestre” para los hombres, tanto forasteros como del lugar. Será como todos los años, en el “hocino” al lado del cementerio.”

En el Ayuntamiento, se preparaban todos los complementos para la "corrida" y demás: la comitiva, los premios, la música que tenia que amenizar la "corrida" y el recorrido de ida y vuelta al pueblo. El alguacil se ocupaba de preparar la bandera, que en el palo o asta tenia que colgar siete pollos de corral vivos, para bajarlos a la “corrida”. Con este equipaje, el Ayuntamiento en pleno, los músicos, que eran los “ Gaiteros de Lahoz”, con su clarinete y su tambor redoblante, mas toda la gente que quería acompañar.


A las cuatro de la tarde se salía del Ayuntamiento y por la calle de la plaza-alta, calle de San Miguel, (aun no estaba hecho el muro de la carretera), se bajaba por la "costera" (la Cuesta del lugar) o cuesta de San Francisco, hasta un poco mas abajo de la "cueva del pelaca", donde se torcía en la bifurcación a la izquierda para bajar por la "costera del Susano" (cuesta del Susano ) cruzar el "hocino"y llegar al punto de salida.


Todo este recorrido iba amenizado por la música de los gaiteros. Llegando a tal sitio, el Sr. Alcalde con su vara de mando hacía una "raya" (una ranura) en el suelo, qué significaba la meta o punto de partida y llegada. Entonces mandaba echar otro pregón al alguacil, que decía así: "Todos los hombres y jóvenes que quieran participar en la corrida, tanto forasteros como del lugar, que se personen en la “raya”. El Sr. Alcalde dará la salida tirando tres piedras y dirá: a la una… a las dos…y a las…tres . En ese momento empezaban a correr desde la "raya" hasta la cuesta de los "blanquizales" que allí estaba el guarda del pueblo esperando que todos participantes dieran la vuelta a su alrededor y volver hacia la "raya" para empezar la segunda vuelta, porque a los corredores, se les advertía, antes de salir, que la "corrida" eran dos vueltas. Si alguno no las cumplía, quedaba eliminado.
Cuando llegaban a la "raya" por segunda vez, el Sr. Alcalde les entregaba los premios por orden de llegada: al primero tres pollos de corral; al segundo dos pollos y al tercero un pollo, todos vivos. Los demás participantes no tenían premio. Cuando salían los corredores de la "raya" los gaiteros amenizaban la carrera como una marcha alegre y rápida. Esta musiquilla, nos la puede reproducir con todo detalle Cipriano Gil Miguel (padre de Cipriano Gil Gil, actual alcalde ) que con su gaita hecha por él mismo de una canilla de buitre, la sabe tocar con todo detalle y con un estilo impecable.


Esta "corrida" o carrera que cuento, la vi y la viví allí mismo.
El primero en llegar fue José Adán (alias el Ramone ), el segundo fue Jesús Gascón Quilez (alias el Jesús el Sidro) y el tercero fue Pascual Lahoz Romeo (alias el Pascual el cafetero). Por aquel entonces, al "Ramone" no había quien le pisara los talones, por aquellos pueblos alrededor del nuestro. Ya sabían todos que el "Ramone" era el mejor.

Bueno : Pues de los siete pollos que se bajaban a la "corrida" aún sobraba uno y éste colgado en el palo de la bandera, el alguacil lo subía hacia el ayuntamiento, agrupado por todas las autoridades, las gentes que querían acompañar y los gaiteros amenizando el regreso. Acto seguido se iba a celebrar un concurso de jotas bailables por parejas, y saliendo al balcon y exponiendo el pollo, el alguacil, después de su toque de corneta, echaba este bando: "por orden del Sr. Alcalde se hace saber: que todas las personas que quieran bailar la jota por parejas, tanto forasteros como del lugar, se presenten en la plaza de cemento (hoy del "tenor Albero"). Los Gaiteros tocarán jotas bailables y a la pareja que se considere que mejor ha bailado, se le premiará con el pollo expuesto". (por eso se llamaba el baile del pollo)

Después de la entrega del premio, la "banda de música" (o sea los gaiteros) tocaban piezas bailables para todo el personal, hasta la hora de cenar.


Ahora volviendo otra vez a las "corridas" esta que yo cuento, creo que fue la última que se corrió en el "hocino" (que por cierto allí corrían casi todos descalzos). Después se hacían las "corridas" en la carretera y desde la "era del feo" hasta "el garaje" también dos vueltas. Y aquí el "Ramoné" ya algo mayor, fue vencido por otro corredor del pueblo Miguel "el Canovas", después vino Valentin "el Sidro" después el "Fontanillas" (hijo de una familia catalana que vivieron en el pueblo que luego se hizo corredor profesional); después vinieron Pascual "el Churro", Jerónimo "el Royo" y de los que vinieran después ya no puedo dar razón, porque me vine a Barcelona.


Así que mas o menos, este es un episodio de los que se celebraban con mucha animación en las fiestas Patronales de ALCAINE

Contribuyentes